Juan Pablo Ravassi, un hombre entre tantos otros de la ciudad, conoce aproximadamente más de tres años al movimiento murguero.
Entre las calles de un Barrio antiguo se observa a un hombre traspasar momentos inolvidables del Carnaval. Apasionado por capturar cada segundo de la vida, conoció en un golpe de suerte a las murgas de Córdoba. Por arte de magia y así como hace la murga cada vez que enamora a alguien, él comenzó sacando fotografías a cada murguero, momentos, carnaval, corsos, cumpleaños, máscaras y banderines que trascienden en las noches de bohemios carnavales, de murgas con brotes ancestrales de místico ritual.
Ravassi viene creando álbumes de los corsos de la gran ciudad desde el 2013 y hasta el presente, generando un gran archivo y registro histórico de las murgas contemporáneas ya que no hay tantos datos fotográficos del pasado.
Junto a su cámara que la lleva de amuleto a cada lugar donde hace raíz y pinta con acuarelas los retratos de la cultura en movimiento, fue formando en cada álbum historias que perduran, miradas que dicen y murmuran secretos, patadas hasta la luna, sobre el calor del pavimento y bajo la lluvia torrencial con un coraje a flor de piel que caracteriza a todo artista, para meterse y enredarse en cada instante murguero. Él es un gran viajero utópico, participó reiteradas veces en el Movimiento Nacional de Murgas y de corsos en otras provincias viviendo y registrando a murgas de todo y registró a murgas de todo el país. no sólo a las murgas cordobesas sino a las murgas de todo el país. También a corsos en otras provincias.
Sé es murguero de muchas maneras, de la mejor forma que podemos entregar nuestro arte, Ravassi con su mirada microscópica es y forma parte del Carnaval.
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